Tenía muchas de ganas de visitar el
restaurante-asador LA BOTICA, en el pueblo de Matapozuelos (Valladolid) pues las referencias que tenía de él eran interesantes: asador tradicional, cocina puesta al día, buen tratamiento de los productos locales...
El restaurante se ubica en una antigua casa de labranza del siglo XIX, restaurada, con dos comedores: uno grande, ideal para celebraciones de todo tipo; y otro privado, que alberga en su interior el mobiliario original del establecimiento que sirvió para la cura y sanación de males en su momento, la botica. Y de aquí el nombre del restaurante.
Hoy, en este mismo lugar, curan otros males y dan otro tipo de medicinas.
- Buenos días.
- Buenos días. ¿Que deseaba?.
- Me encuentro mal: mareos, un ligero dolor en la boca del estómago. Malestar general.
- Pase a la rebotica que ahí le vamos a dar...
Empezamos con un aperitivo, paté de lechazo churro y dulce de membrillo. De agradable y ligero sabor, en donde destaca especialmente la textura y potencia de la "carne" de membrillo.
Hemos decidido probar varios platos salados, por lo que amablemente el "mancebo" se brinda a traernos ya emplatados cada uno de ellos. Es de agradecer.
Empezamos los salados compartiendo unas
croquetas de manillas de lechazo. Sin comentarios, a la vista está...
Continuamos con una
morcilla artesana de Matapozuelos con cabello de ángel y migas. Artesana: artesanísima; la hace el mismo carnicero del pueblo (por cierto, familia de uno de los "boticarios"). Con mucha potencia, que se combina perfectamente con el dulzor del cabello de ángel. En cuanto a las migas...
La comida la hicimos a mediados de diciembre y, aprovechando tanto unas jornadas de setas que se acababan de celebrar como el buen tiempo que ha estado haciendo y que ha dado pie a conseguir setas frescas hasta ahora, nos comimos un
salteado de Caesarea y langostinos con almendras fritas. Tal y como indican en la carta, nos encontramos con una verdadera delicia, por sabor y textura, no en vano esta seta era la preferida de los césares imperiales de Roma.
A continuación unas
mollejitas de lechazo con boletus y piña verde rallada. Sí, piña verde, de las que salen en los pinos y dan piñones. Todo el aroma del pinar concentrado en este plato. Francamente sorprendente.
Y como no podía ser de otra forma, unos garbanzos castellanos,
guiso de garbanzo castellano con boletus edulis y hierbas silvestres. Manteca en la boca. No me extraña que haya sido seleccionado entre los diez mejores platos del año 2011 en la revista
Vino y Gastronomía).
Castilla: campos de cereales, interior. Y quizás por esta razón la tradición por el bacalao al no poder disfrutar, antaño, de pescados frescos...
Lomo de bacalao y guiso de oreja de cerdo ibérico. Una combinación perfecta. Ojo, y no es porque yo prepare un plato parecido... Buena textura del bacalao, bien desalado, en su punto.
Y como colofón la carne de la tierra: lechazo.
Lomo de cordero con morcilla artesana. No os importe repetir ni lechazo, ni morcilla. Rico, rico, rico. Además con unos champiñones silvestres de un sabor...
Aunque no os lo creáis, nos queda hueco para los postres. Después de esta comida es francamente necesario reposar y recordar todos los sabores.
El primero es un postre SORPRENDENTE. Repito: SOR-PREN-DEN-TE. De nuevo el pinar en un plato.
Piñones y pinares, (mejor postre 2007 en el concurso de tapas de Valladolid). Espuma de piñón, tierra de bizcocho aromatizado con hierbas, y helado de piñas con polvo helado de "perpetua".
Y a continuación, para rematar y asentar la comida, un
sorbete de limón al vino blanco de Rueda. El colofón.
La comida fué regada con varios vinos de la tierra:
- Tres Olmos verdejo classic 2011. (D.O. Rueda). Bodegas y viñedos García Arévalo.
- Finca Resalso 2011. (D.O. Ribera del Duero). Bodegas Emilio Moro.
-
Eresma semidulce 2010 (D.O. Rueda). Bodega Eresma-La Soterraña.
Café, unas perrunillas y para casa.
Y al final...: ¡MILAGRO!. Se me han pasado todos los males y además no hemos reventado.
Volveremos.
Notas del enfermo:
Boticario: cocinero-restaurador.
Mancebo: camarero-personal de sala.