miércoles, 4 de septiembre de 2013

Restaurante ATRIO: sentido y sensibilidad...

No se por qué mi imagen de Cáceres era de una Extremadura seca, polvorienta y calurosa. Quizás por que mi vecina Macrina así la describía.
 
Mi sorpresa fue cuando, en un viaje del Instituto donde estudiaba el bachillerato, hicimos una excursión a un pueblo de Cáceres, en la zona de La Vera. ¡Qué Vergel!. ¡Qué cantidad de agua!. ¡Qué verdor!... ¿Dónde estaba el secarral que yo creía?.
 
Extremadura es una Comunidad de contrastes, y no ya entre las dos provincias que la conforman, Cáceres y Badajoz, sino dentro de cada una de ellas.
 
De Badajoz me quedo con sus olivares, sus ajos, sus cerdos negros, sus viñedos... De Cáceres con toda ella, su torta del Casar, sus morcillas patateras... Y de las dos: con su gente.
 
Pero si algo hay que destacar es el casco antiguo de la ciudad de Cáceres, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. Una verdadera joya del pasado conservada inmaculada hasta nuestros días.
 
 
Merece la pena perderse por sus calles estrechas, empedradas, entre esos muros que han vivido miles de historias durante la Edad Media y algún que otro lance amoroso duran te el Renacimiento.
 
Y después de ese agradable paseo por la historia, al final, refugiarse en el oasis que representa ATRIO.
 
 
ATRIO fue en sus inicios un restaurante. Yo me atrevería a decir que el emblema de la gastronomía moderna de Cáceres, donde disfruté por primera vez de su cocina en el año 2002 y desde el que Toño a los fogones y José en la sala, cerca de La Cruz, fueron forjando el sueño que hoy han hecho realidad: ATRIO Restaurante - Hotel.
 
 
En este nuevo espacio situado dentro de la ciudad vieja de Cáceres, en la plaza de San Mateo nº 1, podemos disfrutar de todas las comodidades que representa la "modernidad" perfectamente combinadas con el entorno.
 
La comodidad y el lujo de un Relais & Châteaux con unas habitaciones singulares y una terraza en la cubierta del edificio, con dos piscinas, donde disfrutar  de los tejados de la ciudad, de su cielo, de las estrellas. O una terraza interior, en la planta baja, donde el frescor de la noche hace que nos traslademos a otros lugares...
 
 
Y con esta cocina, y en esta sala, hemos disfrutado junto con Toño del siguiente menú degustación.
 
 
En esta ocasión no voy a describiros las sensaciones que hemos tenido a la largo de la comida. Creo que tan solo con verlas, podréis disfrutar lo mismo que yo. La delicadeza de las manos de Toño está latente en cada una de ellas...
 
Empezamos con un aperitivo: macaron de remolacha con crema de apionabo y caviar.
 
 
Continuamos con una zamburiña con perla de cítricos.
 
 
Seguimos con un Bloody Mary, tierra de tomate y helado de cebolleta.
 
 
Y con un capuccino de hígado de pato, hongos y maíz.
 
 
Y con unos guisantes falsos con cochino crujiente y crema de verdaderos guisantes.
 
 
Y unas gambas marinadas con ensalada de brotes y crema agria.
 
 
Y con una loncheja ibérica con calamar y curry.
 
 
Y con el bogavante, remolacha, manzana y pepino, todo el rojo.
 
 
Y con mero en dos cocciones con coliflor y almendras tiernas.
 
 
Y terminamos los salados con pluma ibérica, melocotones salteados y puré de berros.
 
 
En cuanto a los dulces,  el primero fue un binomio de Torta del Casar en contraste de membrillo y aceite especiado.
 
 
El segundo tocinillo de cielo con helado de yogurt y tierra de cacaco.
 
 
Y finalmente la cereza que no es cereza.
 
 
Los vinos que acompañaron la degustación (por desgracia nos limitamos a tomas dos copas pues el viaje de regreso a Madrid nos condicionó) fueron Gaba do Xilo, godello 2011 (D.O. Valdeorras) y BASANGUS 2009 crianza (D.O. Ribera del Guadiana).
 
 
Vinos elegidos con acierto por el sumiller de la espectacular bodega de la que dispone ATRIO. Si no la mejor, una de las mejores del mundo. Con botellas que solo pueden encontrarse aquí.
 
 
En otra ocasión volveremos para quedarnos a dormir y disfrutar de algunas de las "reliquias" que duermen en ella, esperándonos...
 
 
Sin olvidarnos de un Château d´Yquem para los postres. Una colección vertical que arranca desde la añada de 1806, con una historia muy, pero que muy especial, hasta hoy; y que nos espera desde el corazón y eje central de la bodega.
 
 
Muchas gracias amig@s de ATRIO por el trato, por el rato, por la experiencia: INOLVIDABLE, INIGUALABLE...
 
Gracias Toño por tu sensibilidad y respeto a los productos. Gracias por tu cocina.
 
Ánimo en tu empresa, en tu sueño: no decaigas.
 
Volveré.
 
 

8 comentarios:

  1. yo he ido dos veces y cual de las dos mejor, disfrutamos todos mucho, hace ya bastantes años y entonces era solo restaurante lo del hotel es nuevo para mi, lo tendre en cuenta


    ¡¡besos¡¡

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    1. Era solo restaurante cuando estaba en La Cruz. Ahora al cambiarse al centro histórico ha pasado a ser restaurante y hotel, concretamente dentro de la cadena "Relais & Châteaux".
      Mejor incluso que antes...
      Besos.

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  2. Me ha sorprendido mucho mucho pero muchísimo tu entrada. Yo, tengo sangre extremeña, pero en mis 29 años jamás la he pisado. Eso que la sangre tira, es cierto, porque llevo desde que tengo uso de razón queriendo ir. Este año, si nada falla, la pisaré. Quiero visitar el pueblo de mi familia en Badajoz y luego pasar unos días en las Hurdes.
    Mi prima me trajo el otro día, torta del casar, y le estoy dando buen uso.
    Eso sí, tengo claro que traeré sobrasada y lomo del pueblo y de cáceres más torta del casar y pimenton!

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    1. Me alegro de que te haya gustado Agnes.
      Veo que conoces bien los productos de tu tierra (o la de tus antepasados).
      Saludos y gracias por tu comentario.

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  3. Veo que en el Atrio siguen con sus buenas practicas coquinarias y que buena bodega tiene.
    Es cierto hay que quitarse de la cabeza los tópico que muchos tienen de extremadura, a mi me gusta mucho tanto la parte española como la lusa.
    Que pase buen día a pesar del gobierno.
    Saludos

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    1. Estoy de acuerdo.
      Extremadura: esa gran desconocida.
      Saludos.

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  4. Madre mia, estoy ahora mismo babeando con tanta delicia, me encantan todos los platos y es cierto Extremadura no es tan seca como la pintan, saludos
    Sofía

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    1. Gracias Sofía.
      No me extraña, yo nada más que de pensarlo...
      Saludos.

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