domingo, 20 de mayo de 2012

Burgos, mucho más que morcilla: restaurante EL 24 DE LA PALOMA

Si de las muchas cosas de las que puede presumir la comunidad autónoma de Castilla y León, la primera que nos viene a la cabeza es del lechazo. Y si nos centramos en Burgos, nada mejor que su morcilla.

Y es que la morcilla de Burgos tiene una fama merecida. Por su sabor, su textura...

Pero Burgos, dentro de su oferta gastronómica, tiene mucho más que morcilla y que lechazo. Si bien la mayoría de los restaurantes de la capital están orientados hacia estos productos clásicos (y que sigan así), hay algunos que quieren implatar (y lo van consiguiendo) un toque de "modernidad" pero manteniendo la tradición.

Este es el caso del restaurante El 24 de la Paloma. En pleno centro histórico de Burgos, muy cerca de la Catedral, nos encontramos con este restaurante. Una carta con productos clásicos y unos platos puestos al día en cuanto a forma de cocinar, cantidad y presentación.


Nos invitaron unos amigos, burgaleses de pro, y como saben de mi "vicio" consideraron oportuno este restaurante, para salir de la "monotonía" del día a día me dijeron, lo cual es de agradecer.

Ahí va el homenaje que nos dimos.

Empezamos con un aperitivo, de parte de la casa, a base de un chupito de caldo de ave con espuma y crujientes de jamón ibérico.


Y mientras que llegaron los platos para compartir, una selección de panes con aceite de oliva virgen extra. ¡Una tentación irresistible!. A mojar...!. Y además con un buen vino de la tierra que nos acompañó toda la comida.


Compartimos unas mollejas de lechazo con puré de patata trufado y ají rojo. Pequeñitas, ligeramente empanadas.


Una terrina de esturión ahumado, foie y manzana ácida, en una clara referencia a la cocina de Martín Berasategui. Bien conseguido.


Y después unas láminas de berenjena, perdiz escabechada y velouté. Un plato ligero, sabroso, bien resuelto.


Los segundos fueron de lo más variado, a saber:

Lomo de corvina con alcachofas y foie; el pescado con un punto inmejorable, al igual que las alcachofas en dos texturas.


Chipirones a la plancha con cebolla rustida y reducción de vermut. en donde la potencia de este pequeño cefalópodo a la plancha combina a la perfección con el dulzor del vermut y la cebolla.


Solomillo al foie con manzana del valle de las Caderechas en texturas. Mezclas de combinaciones clásicas entre carne, foie y manzana. Rico.


Y el clásico asado de cordero lechal (por eso de la tradición), que para tratarse de un restaurante con "toques modernos", mantiene la tradición tanto de este producto como del plato en sí. Recién asado, crujiente en su exterior y tierno por dentro. ¡Ummmmmmmmmm!, se me sigue haciendo la boca agua al recordarlo (porque este es el plato que me pedí yo, aunque probé de todos).


Los dulces tienen un reconocimiento aparte. La carta los presenta como "Nuestros 7 pecados dulces...", y hacen honor, ya veréis. Pero antes de nada un prepostre de parte de la casa, para limpiar e irte preparando, fresas en almibar, sorbete de mango y crema de albaricoque.


Y a continuación:

Gula... Templanza?: Chocolate blanco y matices verdes.
Donde rematan el plato en mesa con una sopa de menta.


Ira... Paciencia?: Flan de anisados y tamarillos.


Envidia... Caridad?: Torrijas de Burgos, crema de toffe
y helado de dulce de leche.


Soberbia... Humildad?: Fresas naturales al mirim
y cremoso de Idiazabal.


Espero que hayáis disfrutado con mi experiencia tanto como lo hice yo.

Saludos a tod@s y, a Cesar y Esther, GRACIAS por la invitación y el descubrimiento.













7 comentarios:

  1. Madre mia !! que lujo de menu!! empezaria por el primero y acabaria por el ultimo.
    con respecto a la morcilla estoy de acuerdo contigo es extraordinariamente rica rica!!
    cocinando hacia los picos

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  2. Conozco ese restaurante y me gusta mucho, pero es que la ciudad de Burgos me parece un lugar magnífico para disfrutar. Yo también estuve hace poco, en esta ocasión como peregrino y ¡madre mia!, que placer darte un homenaje después de caminar desde Atapuerca.

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  3. Posti... como sigas subiendo cosas así a tu blog, ¡se me va a saltar la hiel!, o como se decía por aquí cuando yo era chica: "se me va a sartá la jié", porque entre tantos pecados y virtudes, me he quedado Ohhhhh.
    Besitos, Romero y mucho más.

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    1. Que no se te salte ná GUISADORA. Si ves que eso paro, ¿eh?. Que no quiero tener problemas con tu Manué.
      Jejeje.
      Gracias. Me alegro de que te guste.

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  4. Muy buen restaurante y muy buena crónica.... como siempre!!!
    Me lo apunto.
    Un abrazo

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