martes, 2 de abril de 2013

Revuelto de calçots

El calçot es una variedad de cebolla que se cultiva fundamentalmente en Tarragona.

El término "calçot" indica en catalán amontonar la tierra sobre la planta. Y esa es la forma de cultivar los calçots: son brotes de cebolla blanca, plantadas en semillero y que, una vez desarrollada se planta en tierra. Conforme van creciendo los brotes de la cebolla, se les va cubriendo con tierra, a fin de que según crezca mantenga el color blanco (no desarrolle clorofila).

Los calçots se dan en invierno, y pueden encontrarse en el mercado hasta mediados de abril, como mucho.

Su origen es incierto, bueno más bien el origen de las "calçotadas", si bien está aceptado por la mayoría que se inició su consumo en Valls (Tarragona), preparando un hortelano unas brasas para la cebolla, se le fue la mano con el fuego y se le quemaron. En lugar de tirarlas las peló. Cual fue su asombro al descubrir que el interior de las mismas estaba tierno, jugoso, sabroso y en su punto. Esto paso a finales del siglo XIX y ya es una tradición arraigada, no solo en la zona de Valls o en Cataluña, sino en toda la geografía española.

En cuanto a la variedad de cebolla, se venden por calçots otras cebollas que no lo son, al menos fuera de Cataluña, pues no es fácil encontrarlo. En cualquier caso, aún no siendo los que llevan la D.O., están muy ricos.

Si bien la forma tradicional de preparar la "calçotada" es asándolas al fuego de las brasas, esta forma de prepararlos que yo os propongo es de lo más sabrosa. Y para hacer en casa es de lo más sencillo y poco aparatoso, porque montar unas brasas en el salón...

Espero que os guste.
 
Ingredientes (4 personas):
 
2 docenas de calçots
4 huevos (preferible de corral)
Aceite de oliva virgen extra
Sal común
 
Preparación:
 
Hoy he encontrado en el mercado unos calçots pequeños, ya limpios (generalmente vienen con mucho barro) y decía en la bolsa que "ideales para rebozar".

 
Pues nada, tan simple como abrir la bolsa y cortar las puntas verdes (aunque hay gente que se las come y hacen bien, porque están también ricas, lo que vosotros queráis).

 
A continuación cortamos los calçots  en trozos de entre tres y cuatro centímetros de largo (o más pequeños, como queráis).
 
 
Ponemos en una cazuela de barro individual aceite de oliva virgen extra a calentar, a fuego vivo, y cuando esté caliente introducimos los calçots cortados. Sazonamos al gusto.
 
 
 
Bajamos el fuego a la mitad. Envolvemos bien con una cuchara de madera para que nos se nos quemen, y dejamos que se rehoguen ligeramente (hasta que estén "caídos").
 
 
Abrimos un huevo y separamos la clara de la yema. Añadimos la clara a los calçots  revolvemos bien.
 
 
Apagamos el fuego, ponemos la clara encima en el centro y dejamos reposar un par de minutos.
 
 
Presentación:
 
Este plato no requiere ningún tipo de presentación especial. En la misma cazuela de barro, rompemos la yema y pan, mucho pan...
 
¡Buen provecho!.
 
Revuelto de calçots.
 

3 comentarios:

  1. Fácil y exquisito.
    Te aclaro como se cultivan los calçots. Sobre el mes de Mayo, se recolectan las cebollas blancas achatadas y grandes. Se guardan en lugar seco y oscuro hasta Septiembre y entonces se plantan y en unos días empiezan a salir los tallos. Según tamaño de la cebolla madre, pueden salir 6,8 o 10 brotes. Entonces se le va poniendo tierra a los lados (aporcar), hasta que los calçots cogen el tamaño deseado. Por aquí abajo se les llama cebolletas que se recolectan a partir de Diciembre.

    Saludos

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    Respuestas
    1. Ole, ole y ole.
      Gracias por la aclaración Malagueto.
      Saludos.

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  2. En nuestra zona (Valls) va un poco diferente. No sacamos las cebollas hasta mediados de julio, las dejamos secar tiradas en el campo, y se vuelven a plantar a partir del 15 de agosto, más o menos. La recolección de los calçots empieza a principios de noviembre.

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