lunes, 26 de septiembre de 2011

El final del veranillo

No podemos quejarnos, aunque estamos a finales de septiembre nos está haciendo un tiempo que para qué. ¿Será el veranillo de San Miguel?. Será, será.

Y aprovechando estas buenas temperaturas nos hemos ido a comer a casa de Christoph y de Mercedes, con la excusa de cambiar las fotos del verano. ¡Ah!, ¿qué no os dije que estuvimos una semanita por la Selva Negra?. ¡Qué pasada!. ¡Qué pueblos!. Y además, como Christoph es de por allí, ha hecho de buen guía local: nos ha llevado a sitios francamente típicos, haciendo un turismo apartado de las rutas convencionales. Vamos, que lo único español que hemos visto en siete días, aparte de a nosotros mismos, fue una gorra que llevaba una alemana paseando por barca en el Rhin sin canalizar. ¿Qué no os lo creéis?...



Pero bueno, la cuestión es que Christoph y Mercedes tienen plantadas en su jardín unas matas de tomates. ¡Que digo!, si su jardín parece ahora mismo El Ejido, solo que sin plástico. Y esas matas han dado sus frutos. ¡Y vaya que si han dado!, me dicen que están de tomates hasta arriba.

Los embotan, los frien, se los comen en ensalada, con un chorrito de aceite, en gazpacho. ¡Ozú, que jartá!. Y eso al final se nota, porque nos hemos venido para casa con una buena bolsa de tomatitos recién cogidos.



Bueno, a lo que íbamos, que con estos tomatitos, aparte de la ensaladita rápida típica (a las pruebas me remito)



hemos preparado un salmorejo tradicional, pues eso, aprovechando que todavía hace calorcito y el cuerpo lo pide. Y, por cierto, no se porque será, pero de un sabor los tomates que hacía tiempo... Palabra.

Salmorejo

Ingredientes (4 personas):

800 gr. de tomatitos cherry (a ser posible recién cogidos en Guadalix de la Sierra)
½ barra de pan duro
1 diente de ajo
Agua
Vinagre de Jerez
Aceite de oliva virgen extra
Sal común
8 huevos de codorniz
100 gr. de jamón ibérico

Preparación:

Quitamos la corteza del pan duro y lo metemos en agua hasta que se empape. Mientras tanto, lavamos bien los tomates y los introducimos en el vaso de la batidora (yo utilizo thermomix). Incorporamos la miga de pan empapada pero escurrida, un diente de ajo (pelado), una pizca de sal, un buen chorretón de vinagre de Jerez (al gusto) y 100 cc. de aceite de oliva virgen extra.

Trituramos enérgicamente (paulatinamente del 2 al 10 y mantenemos cinco minutos) y, dependiendo de la textura y como nos guste de espeso, añadimos agua o no (yo no la echo). Rectificamos de sal y vinagre. Volvemos a batir y luego lo pasamos por un chino (si utilizamos thermomix este último paso sobra pues queda muy bien trituradito todo).

Dejamos reposar en el frigorífico y, una vez frío, está listo para servir.

Por otra parte, ponemos en un cazo agua, sal y los huevos de codorniz, y los hervimos durante siete minutos. Sacamos, enfriamos, pelamos y, bien los pasamos por un colador para que nos quede una masa muy fina, o los partimos en rodajas y por la mitad, al gusto. Nos servirá para acompañar el salmorejo.

Mientras que se hace el huevo, cortamos en tiritas finas el jamón. Reservamos.

Presentación:

En un plato hondo ponemos la cantidad de salmorejo a cada comensal, en el centro unas virutillas de jamón y por encima el huevo. Un chorretón de aceite de oliva virgen extra y….. ¡ummmm, qué rico!.

Salmorejo

¡Qué cosas tienen estos alemanes!. ¡Cómo se nota que estos tomates están criados en España!.

¡Olé por nuestro sol!, y por mis amigos, claro está.

2 comentarios:

  1. Ole por esos tomates, ole por ese salmorejo y ole por el cocinero-guisador de tronío!!

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  2. Why viewers still use to read news papers when in this technological world everything is
    accessible on net?

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