Me encanta cuando algún amig@ me llama y me dice:
- José, ¿conoces el restaurante XXXX?.
- No.
- Pues te voy a llevar. Ya verás que maravilla.
Y así ha ocurrido con el restaurante Doña Filomena, en Coslada. Hace unos días quedé con un par de amigos y me descubrieron este restaurante apartado del "mundanal ruido".
Restaurante clásico, dónde las apariencias engañan... De las manos de Santiago Barrajón, chef-propietario del restaurante, pudimos disfrutar de una comida clásica. De las de antes. De las que siguen gustando hoy.
Comenzamos con una ensalada de tomate raf con ventresca de bonito, aliñada con aceite de olive virgen extra y cebolla babosa. Buen tomate y mejor ventresca. Sabor...
Compartimos unas navajas extras gallegas a la plancha. Con un aceite de perejil que les daba su punto. Personalmente me gustan menos hechas pero al resto de comensales les parecieron correctas... ¡Y sin una pizca de tierra!.
Santiago nos recomendó los langostinos de trasmallo. ¡Un acierto!. Recién cocidos. En su punto de sal. De carne firme... ¡De lo mejorcito!.
Con los segundos hicimos lo mismo COMPARTIR. Así nos metimos entre pecho y espalda una lubina salvaje a la espalda, donde los piñones que acompañaban le daban un toque especial.
Y después una carne EXQUISITA: churrasco de buey norteño (alta maduración). Se notaban los 60 días de maduración en cámara. ¡Qué sabor!. Para parecer el restaurante una marisquería, lo mejor la carne (sin menospreciar el resto). Acompañada de unas patatas recién fritas con pimientos verdes italianos.
No nos pudimos resistir a los postres y tomamos:
- Piononos de Santa Fe (Granada).
- Filloas braseadas con orujo.
- Y piña natural.
Perfectamente recomendable, tanto por calidad como por el precio (asequible, aunque ya sabemos que la calidad se paga...). Se aparca bien. Os recomiendo reservar pues tiene muy poquitas mesas (pero que muy poquitas).
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