En muchos países eslavos es tradición ofrecer pan y sal a los invitados que llegan a casa del anfitrión.
En la mayoría de los países mediterráneos esa tradición se ha convertido es costumbre cotidiana, del día a día, y no hay casa en la que falta por las mañanas para desayunar y afrontar el día con energía, el pan, la sal y un complemento indispensable: el aceite de oliva virgen extra.
Pan, aceite y sal. Elementos fundamentales de nuestra gastronomía. ¿Qué sería de nosotros sin ellos?.
El pan nos aporta proteínas e hidratos de carbono, mientras que la sal nos da minerales (sodio, hierro, calcio, zinc, fósforo y iodo), y el aceite de oliva virgen extra ácidos grasos monoinsaturados (ácido oléico) y antioxidantes.
Pero si además combinamos estos tres ingredientes para obtener uno solo, conseguiremos un manjar de la gastronomía regional española: la torta de aceite.
No podemos atribuir a una región específica este tipo de pan, salvo en Galicia, Cantabria (no en toda ella) y las islas Canarias, en el resto de España se hace algún tipo de pan con aceite (salvo error u omisión). En cualquier caso, y sin desmerecer a nadie, la más conocida es la torta de Aranda de Duero.
Aquí va la receta de esta torta con, algo más... Espero que os guste.
Ingredientes (4 panecillos):
250 gr. harina candeal
100 cc. de agua
30 gr. de aceite de oliva virgen extra (baeturia organic)
15 gr. de levadura prensada
5 gr. de sal gorda
Preparación:
En una jarra echamos el agua tibia (entre 30 y 40º C) y desleimos la levadura prensada. Incorporamos el aceite de oliva virgen extra. Reservamos.
A continuación ponemos en un cuenco la harina y hacemos un cráter en el centro. Echamos la sal y el agua con la levadura desleida y el aceite.
Con la ayuda de una cuchara vamos envolviendo lentamente, y desde el centro, el líquido y la harina hasta que tengamos una masa relativamente homogénea.
Espolvoreamos un poco de harina en la mesa de la cocina. Sacamos la masa del cuenco y la disponemos sobre la mesa. Envolvemos con las manos durante unos 10 minutos hasta conseguir una masa homogénea y uniforme. Formamos una "bola".
A continuación introducimos la "bola" en un cuenco, tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar hasta que doble su volumen (el tiempo dependerá de la temperatura de la cocina, pero estará entre hora y media y dos horas).
Una vez que haya doblado su volumen sacamos del cuenco, volvemos a amasar, con menos energía que la primera vez. Hacemos la "bola" e introducimos nuevamente en el cuenco. Tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar para que haga esta segunda fermentación hasta que doble otra vez su volumen (el tiempo, como antes, dependerá de la tempertura ambiente, pero en este caso rondará en torno a la hora).
Mientras que la masa hace la segunda fermentación, precalentamos el horno a 190º C con un cuenco de agua en su interior, a fin de crear un ambiente húmedo.
Doblado su volumen, sacamos del cuenco y cortamos la masa en cuatro partes iguales (de unos 100 gr. cada una).
Hacemos una torta con cada una de ellas y las colocamos en una placa de horno sobre un papel sulfurizado.
A continuación, y con la ayuda de una jeringuilla, vamos inyectando aceite de oliva virgen extra en cada uno de los panecillos.
Pulverizamos agua por encima de ellos, echamos un poquito de sal gorda sobre cada panecillo e introducimos en el horno precalentado a 190º C durante 30 - 40 minutos (aunque deberemos estar atentos para que no se nos queme).
Pasado este tiempo sacamos los panecillos del horno y los colocamos sobre una rejilla hasta que se atemperen.
Presentación:
Podemos poner los panecillos en una banasta de pan y servir en la mesa para que cada comensal tome el suyo y que acompañe a un buen cordero asado, por ejemplo, también típico de Aranda.
O, por el contrario, lo que hacía yo todas las mañanas cuando viajaba a Roa de Duero (Burgos), que paraba siempre en el Área Tudanca, justo antes de llegar a Aranda, y me desayunaba una torta de Aranda con jamón ibérico y una copa de vino de la Ribera del Duero. ¡Qué rica!. ¡Qué recuerdos!...
¡Buen provecho amig@s!.
Pero si además combinamos estos tres ingredientes para obtener uno solo, conseguiremos un manjar de la gastronomía regional española: la torta de aceite.
No podemos atribuir a una región específica este tipo de pan, salvo en Galicia, Cantabria (no en toda ella) y las islas Canarias, en el resto de España se hace algún tipo de pan con aceite (salvo error u omisión). En cualquier caso, y sin desmerecer a nadie, la más conocida es la torta de Aranda de Duero.
Aquí va la receta de esta torta con, algo más... Espero que os guste.
Ingredientes (4 panecillos):
250 gr. harina candeal
100 cc. de agua
30 gr. de aceite de oliva virgen extra (baeturia organic)
15 gr. de levadura prensada
5 gr. de sal gorda
Preparación:
En una jarra echamos el agua tibia (entre 30 y 40º C) y desleimos la levadura prensada. Incorporamos el aceite de oliva virgen extra. Reservamos.
A continuación ponemos en un cuenco la harina y hacemos un cráter en el centro. Echamos la sal y el agua con la levadura desleida y el aceite.
Con la ayuda de una cuchara vamos envolviendo lentamente, y desde el centro, el líquido y la harina hasta que tengamos una masa relativamente homogénea.
Espolvoreamos un poco de harina en la mesa de la cocina. Sacamos la masa del cuenco y la disponemos sobre la mesa. Envolvemos con las manos durante unos 10 minutos hasta conseguir una masa homogénea y uniforme. Formamos una "bola".
A continuación introducimos la "bola" en un cuenco, tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar hasta que doble su volumen (el tiempo dependerá de la temperatura de la cocina, pero estará entre hora y media y dos horas).
Una vez que haya doblado su volumen sacamos del cuenco, volvemos a amasar, con menos energía que la primera vez. Hacemos la "bola" e introducimos nuevamente en el cuenco. Tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar para que haga esta segunda fermentación hasta que doble otra vez su volumen (el tiempo, como antes, dependerá de la tempertura ambiente, pero en este caso rondará en torno a la hora).
Mientras que la masa hace la segunda fermentación, precalentamos el horno a 190º C con un cuenco de agua en su interior, a fin de crear un ambiente húmedo.
Doblado su volumen, sacamos del cuenco y cortamos la masa en cuatro partes iguales (de unos 100 gr. cada una).
Hacemos una torta con cada una de ellas y las colocamos en una placa de horno sobre un papel sulfurizado.
A continuación, y con la ayuda de una jeringuilla, vamos inyectando aceite de oliva virgen extra en cada uno de los panecillos.
Pulverizamos agua por encima de ellos, echamos un poquito de sal gorda sobre cada panecillo e introducimos en el horno precalentado a 190º C durante 30 - 40 minutos (aunque deberemos estar atentos para que no se nos queme).
Pasado este tiempo sacamos los panecillos del horno y los colocamos sobre una rejilla hasta que se atemperen.
Presentación:
Podemos poner los panecillos en una banasta de pan y servir en la mesa para que cada comensal tome el suyo y que acompañe a un buen cordero asado, por ejemplo, también típico de Aranda.
Tortas de aceite de Aranda. |
O, por el contrario, lo que hacía yo todas las mañanas cuando viajaba a Roa de Duero (Burgos), que paraba siempre en el Área Tudanca, justo antes de llegar a Aranda, y me desayunaba una torta de Aranda con jamón ibérico y una copa de vino de la Ribera del Duero. ¡Qué rica!. ¡Qué recuerdos!...
Torta de Aranda con jamón ibérico. |
¡Buen provecho amig@s!.